La Laguna en noviembre gana en belleza. Su llovizna casi perpetua acaricia de rocío continuo las flores que muestran su esplendor sin miedo a las inclemencias del tiempo, acostumbradas a él desde que abren sus pétalos al cielo.
Noviembre nos deja la belleza plena de las hortensias, de las escasas rosas y de alguna que otra flor de invierno cuyo nombre desconozco, pero su belleza habla por si misma.
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